Asado, mate y guitarra criollaY por fin Mendoza… esa tierra de la que tantos años había escuchado hablar, de sus arboledas y sus acequias… de su famosa peatonal Sarmiento y como no, de sus plazas de Independencia, España, Chile, etc. Sin duda alguna, el objetivo era vivir y convivir en esta tierra sin ser un turista, aprender y enriquecerse de su cultura y como no, disfrutar de esos maravillosos asados conversando largas horas al compás de una guitarra criolla, Malbec y mate. La hospitalidad recibida ha sido espectacular, sólo tengo palabras de agradecimiento para todo lo vivido en Maipú, Guaymallén, Godoy Cruz, ciudad de Mendoza, Las Heras… grandes amigos, familia que ya sentimos nuestra. Especial mención a la Universidad Nacional de Cuyo y el Instituto Nacional del Agua.

Gracias a Alejandro Sicardi, maravilloso cantautor mendocino, he podido realizar bastante promoción en diferentes medios de comunicación y acústicos de presentación de «La Guerra Que Respiro» de Subtónica. Sorprendido y halagado de tan fantástica acogida y apoyo recibido. Gracias a él he podido conocer y compartir escenario con Gustavo Aristiarán y Emanuel Bonaccorso. Destaco especialmente la actuación en Godoy Cruz con Gustavo y Alejandro, donde pudimos preparar un intercambio de canciones a tres bandas para interpretarlas conjuntamente, sencillamente mágico… «Cantar» (Alejandro Sicardi), «Mina que da» (Gustavo Aristiarán) y «Llegará» (Subtónica), iré subiéndolas a Youtube, aunque sean fragmentos grabados con móvil, merece la pena.Promoción Medios de Comunicación

Rico asado argentinoUn noche especial que quiero mencionar en esta entrada fue la vivida con motivo de una entrevista en Radio Nihuil, con Miguel García Urbani. Nos conocíamos solamente por facebook, la entrevista era a eso de las 22h de un viernes, en un sitio algo alejado de la ciudad, un espacio audiovisual donde confluyen varios canales de TV y radio: 7MEDIOS. Previa a la entrevista hablando con Miguel en el estudio, le comenté fuera de antena la ilusión de vivir esta aventura y las ganas de conocer la música tradicional argentina y en especial el folk cuyano. Antes de conversar en directo de política, de Subtónica, de música y sociedad e interpretar a guitarra y voz «Llegará» y «Cuando ya no importe», ya habíamos cerrado plan para después, «farra cuyana» en un sitio muy muy especial: «El Retortuño», donde esa noche estaban actuando «Tardeagua«, un dúo maravilloso. Dicho y hecEl Retortuñoho. Pasada la medianoche llegamos a este singular espacio, un restaurante muy familiar donde actúan artistas en directo en un ambiente de gran intimidad. Jorge Drexler siempre que actúa en Mendoza habla de cuando le invitaron a cantar al Retortuño. Bien, para situarnos podría ser algo «parecido» a una peña flamenca pero con un marcado carácter de restaurante de comida tradicional casera realmente espectacular. Disfrutando de la actuación y de una riquísima cena con mucho, muchísimo y delicioso Malbec, Sebastián de Tardeagua al finalizar una canción y agradecer a todos la asistencia, comentó que era un placer tener a un artista español entre el público. Algo sorprendido me sumé a los aplausos del respetable y Tardeagua prosiguió con una canción. Durante la misma, Miguel me indicó que el ritual cuando alguien te nombra es ir al escenario después, ofrecerle vino e intercambiar unas palabras con el artista. Dicho y hecho, acudí al escenario, nos presentamos y entregándole mi copa de vino, realizó un brindis por todos los asistentes mientras entre aplausos intercambiábamos algunas impresiones. Su show continuó y a los diez minutos aproximadamente, antes de que el dúo se bajara del escenario a realizar una breve pausa, Sebastián me invitaba por el micro a subir y cantar. Casi perplejo e irrigado del generoso Malbec, a eso de las X de la madrugada, un servidor, guitarra criolla en mano, interpretaba «Hasta la pequeña muerte» y «No me acostumbro» (tema nuevo que saldrá en el próximo álbum de Subtónica), ambas con dedicatorias muy muy especiales. Me sentí muy muy agusto en el escenario, agradecido por el ofrecimiento y arropado con el enorme respeto y los cálidos aplausos del público presente. Sin duda, una experiencia única que jamás olvidaré, ahora entiendo perfectamente porque Jorge Drexler aún lo recuerda. Que la música forme parte de mi vida sigue siendo un privilegio.