20/11/2015

Sin tiempo para darle vida a este apartado de la web, reflexiono unos instante para describir con algo de detenimiento pero con brevedad, lo acontecido al otro lado del charco en estas últimas semanas. Una experiencia vital y emocional donde el camino es sin duda la verdadera meta. Profundizar en la cultura y convivir en sociedad por estas latitudes -en plena efervescencia política- resulta tan enriquecedor como sorprendente y contradictorio, un hilo conductor y de enorme atractivo para saciar mi avidez por conocer y aprender. Por otro lado, constituyen también un impulso e influencia notables para mis futuras composiciones y actividades musicales, por debajo de la tónica.

Teatro Colón. Buenos Aires

Teatro Colón. Buenos Aires

Todo comienza en Buenos Aires hace algo más de un mes, una capital que me ha dado la oportunidad de realizar mi primer concierto en este país presentando algunas canciones en acústico de Subtónica y como no, el proyecto «Rock y Educación»: libro, Aula de Rock y creación underground, AEIAP, etc. La capital de Argentina es un hervidero cultural, pasear por Corrientes y ver la cantidad de teatros es realmente abrumador. Como no, visité el Teatro Colón, una de los espacios de Ópera más importantes del mundo, cuyas características escénicas y arquitectónicas son comparables a la Scala de Milán, la Ópera de Viena o el Metropolitan de Nueva York, entre otros. Pude disfrutar del «Trío Zar», un trío interpretando de forma muy renovada (sustituyendo el bandoneón por el clarinete) clásicos de Tangos de Piazzolla y varias composiciones propias. Tras visitar Caminito en el barrio de Boca, Puerto Madero y una rueda de reconocimiento por toda la ciudad, sin duda destaco con gran entusiasmo varias tardes sumergido en la librería El Ateneo y posteriormente leyendo, escribiendo o dibujando reflexiones en el Café Tortoni y otras cafeterías de menos renombre pero igualmente placenteras.

Puerto Madero. Buenos Aires

Puerto Madero. Buenos Aires

Por último, la visita al centro cultural Kirchner fue sorprendente: decenas y decenas de actividades culturales de altisimo nivel -recitales de poesía, exposiciones, audiovisuales, conciertos de jazz, folk, música clásica, conferencias, literatura, cine, danza, teatro, etc. – son programadas en paralelo en este reconvertido Palacio de Correos. Es el centro cultural más grande de América Latina.

 La Ballena Azul (sala sinfónica para casi 2000 espectadores), situada entre las plantas 4º y 7º si no recuerdo mal, es una sala que está suspendida en el aire y con forma geométrica de escualo… sin palabras, algo increible. Pude asistir a La Cúpula, espacio situado en la última planta y avidriado donde se puede observar la Casa Rosada a un lado, y Puerto Madero y el río por otro. Aluciné con Jean Jacques Lemetre, artista polifacético (teatro, cine, luthier..) reconocido por ser  músico del Théâtre du Soleil (Francia). Un espectáculo musical y de poesía recitada francamente impactante, instrumentos de diversa índole donde la sensibilidad y la innovación artística irradiaban emociones diversas ante los atónitos sentidos de una sala totalmente llena.

Caminito. Barrio de Boca

Caminito. Barrio de Boca

Rumbo a Mendoza (capital internacional del vino) me despido hasta la próxima entrada, no sin antes, y cambiando diametralmente de tercio, hacer una inevitable reflexión ante lo ocurrido estos últimos días en París.

En Argentina estoy constatando la intensidad de la vida política y como no, del fútbol (sirva como ejemplo que me postpusieron una entrevista prevista porque el día anterior se había aplazado un partido de la selección Argentina por lluvias, jugándose al día siguiente, y acá hay que radiarlo obligatoriamente por ley). Pero centrándonos en lo primero y hoy 20/11/2015, -a dos días de las elecciones del primer e histórico ballotage– donde saldrá el próximo Presidente de este país, no puedo evitar hablar de polarización. En este ballotage solamente se puede votar -aquí es obligatorio- a uno de los dos candidatos, digamos que es una segunda vuelta. Muchas veces en España se ha planteado qué pasaría si la Ley electoral contemplase esta posibilidad… (presidencialista y no parlamentaria), pero el caso es que ahora en Argentina o vas con uno o vas con otro: todo argentino votará a Macri o a Scioli. Esto implica que la campaña que se está viviendo es totalmente polarizante, «o conmigo o contra mi».

Casa Rosada. Buenos Aires

Casa Rosada. Buenos Aires

Por cierto, que la enormidad de gasto en publicidad (TV, Internet, Radio…) de la campaña es desorbitado, casi obsceno en la situación actual de mucha gente en el país. Esta polarización me resulta comparable -en sentido figurado- con lo ocurrido en las Redes Sociales recientemente: afrancesarse la foto de perfil o defender el lema de «muertos de primera», «muertos de segunda», etc. ¿Por qué nos costará tanto entender y empatizar con los demás, estemos o no de acuerdo con una acción digital cómoda pero legítima? ¿Manifestar A implica estar en contra de manifestar B? No lo creo… con muchos matices, pero no lo creo… Me resisto a pensar que -a pesar de las apariencias- seamos tan diferentes… confío en que no. ¿Acaso no es normal sentir inicialmente con mayor intensidad lo que ocurre cerca de nosotros? ¿Por qué nadie habla de qué empresa es la responsable de utilizar su plataforma -en un momento de shock enorme- para poner a disposición de los usuarios una herramienta que permita afrancesar nuestra foto de perfil y no lo hace con otras tragedias similares? La realidad es que determinados centros de poder nos empujan a polarizarnos en situaciones cotidianas, a dividirnos y separarnos, cuando realmente es bastante más lo que nos une que lo que nos aleja.